Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 124. 31-3-2017. Uganda (8)

Mi primer safari en África y los leones huidizos

Anoche pensaba que no iba a dormir. No era por el nerviosismo, sino por el calor que hacía en mi habitáculo del Red Chilli. Yo creo que son las chapas que hacen de tejado. En esos pensamientos estaba cuando he mirado el reloj y ya eran las seis de la mañana, así que unas siete horas sí han caído.

Justo después ha llamado Karoli a mi habitación, y a las 6.30 he recogido el desayuno que había reservado ayer. El guía quería que estuviéramos los primeros para cruzar el Nilo con el ferry, que sale a las 7.00, así que hemos aparcado en el embarcadero y allí hemos desayunado mientras venían varios coches más, la mayoría más elevados que el nuestro, para facilitar el avistamiento de animales.

El único carnívoro que he visto El único carnívoro que he visto

No sé si ello ha influido en que no hayamos visto las dos especies más emblemáticas del Murchison Falls National Park: el león y el leopardo. Karoli me ha comentado que del primero hay unos 70 ejemplares y del segundo, unos 30. Varios grupos más tampoco los han visto, pero los pakistaníes con los que compartí ayer sobremesa nocturna en el alojamiento (trabajadores de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo) se han encontrado con dos leones. Otra vez será, espero que cercana.

Ello no resta magnificencia a lo que mis ojos han visto esta mañana durante el 'game drive' de casi cuatro horas, el primero que hago en mi vida. Llega un momento en el que uno parece habituarse a las centenas de antílopes, de facóceros, de búfalos, a las jirafas, a los elefantes, a los diferentes tipos de monos, a los pájaros, una serptiente inmensa, un pequeño cachorro carnívoro (una gineta)... Hoy también hemos vuelto a ver hipopótamos en una parada que hemos hecho en el Nilo cerca del comienzo del lago Alberto, uno de los Grandes Lagos africanos en el Valle del Rift.

Una de las jirafas Una de las jirafas

A lo largo del camino, un par de veces, Karoli se ha parado y ha hecho el amago de contener la respiración. Lo que le pone alerta es la posición que adoptan los herbívoros: suelen estar tranquilamente pastando, levantando la cabeza distraídos cuando pasamos a su lado. Cuando un grupo amplio de ellos se encuentra con el cuello enhiesto y mirando en la misma dirección, el enemigo no puede estar lejos.

Pero nada, no ha habido suerte ninguna de las dos veces. Aunque el terreno es bastante llano y los árboles en ningún momento llegan a formar bosque, sí hay mucho arbusto donde es fácil esconderse si eso es lo que estás buscando.

También hemos estado mirando árboles en los que a veces Karoli ha visto leopardos, aunque estos son más difíciles de encontrar. Este felino no suele pasar dos noches en el mismo lugar, siempre esperando que pase la caza por debajo para lanzarse a por ella.

En otra de las paradas, he visto que Karoli ha salido rápidamente del coche hacia un cadáver de búfalo. Ha regresado con los cuernos, que olían de una manera inolvidable. Los ha guardado en el maletero. Me ha dicho que era para enseñárselos a un amigo de Masindi, pero algo más habrá.

Muy cerca del final, el guía ha frenado de nuevo en seco y ha dado marcha atrás. Como otras veces, yo no había visto nada. Me señala un arbusto no muy lejano al camino y, ciertamente, logro ver un par de ojos. Me dice que pueden ser de una cría de leopardo y él casi cree que es así, pero viendo las fotos con el zoom de mi cámara, aquello no parece un leopardo sino otro preador. De repente, unos cuantos antílopes echan a correr sin razón visible para nosotros.

Karoli ya me fue advirtiendo ayer de que la probabilidad de ver leones solía ser del 50%. Siendo así, casi prefiero no haber visto ninguno que habérmelos encontrado por decenas. Ya iré al zoo en Madrid.

Amanecer en el Nilo Amanecer en el Nilo

El león en Uganda solo está presente en unos pocos Parques Nacionales. El país está haciendo un esfuerzo, común al de buena parte de África, por recuperar su inigualable fauna tras los destrozos de tantos años de furtivos y viejas mentalidades.

La visita de ayer a las cascadas, el paseo por el Nilo, el amanecer de hoy sobre el gran río, el safari de cuatro horas... hacen ciertas las palabras de todas aquellas personas que me encontré en mis días previos y que me recomendaron visitar el Murchison Falls NP.

Me he regresado a Masindi con Karoli (0782890294, me ha dicho que su próximo coche será un jeep, lo tiene que comprar en Kampala), donde me he limitado a prepararme para el futuro. Más concretamente, para mañana.