Blog | Por Sergio Tierno / Viajes, geografía, deportes y curiosidades

Cap. 106. 14-10-2016. Pirineo de Huesca (2)

Durmiendo bajo el Posets

Tercer día en tierras del Pirineo de Huesca, ya con la expedición soriana al completo. No ha sido así por la mañana. Nos hemos levantado Luis Ángel, Nacho y yo pronto a desayunar, a las ocho de la mañana. Es viernes y temporada baja, así que estábamos solos en el albergue de la Escuela de Montaña de Benasque.

No ha sido una mañana de mucha intensidad, a no ser que se considere intenso dar paseos a escasa velocidad por un pueblo pirenaico en el que ahora no hay casi nadie. Eso es lo que hemos hecho Luis y yo mientras Nacho se quedaba trabajando en casa.

La reunificación se ha producido a mediodía, y ha pasado lo que tenía que pasar: que nos hemos lanzado al monte. Ha tocado algo ligero, una subida a Cerler por una ruta circular. Ellos han ido corriendo y yo andando. Son siete kilómetros muy bonitos, un pase recomendable para quien tengo previsto pasar una jornada en Benasque.

Vista de Benasque en la subida a Cerler Vista de Benasque en la subida a Cerler

La comida ha sido en nuestro bar favorito, antes de descansar un poco en la furgoneta y hacer unas compras para la intendencia de mañana.

El grupo de tres se ha convertido en cuatro a las 18.00, cuando nos hemos juntado en Eriste con Haritz, que venía de San Sebastián. Y media hora después han venido, de Soria, Alfonso, Marta y el segundo Nacho del viaje.

Desde el cruce hemos subido en coche hasta el aparcamiento de Espigantosa. Tras hacer el último apaño de las mochilas, hemos iniciado la marcha a las 19.20. Eso significa que buena parte del comienzo de la caminata lo hemos realizado a media luz y el final, entre la ayuda de las frontales y de la Luna casi llena.

Hora y media nos ha costado alcanzar nuestro objetivo de hoy, el refugio Ángel Orús. Hemos llegado más tarde de la hora de la cena, pero aun así nos han proporcionado todas las viandas apalabradas. Casi siempre se come bien en los refugios, y hoy no ha sido excepción.

La Luna, desde el telescopio del refugio. tokitan La Luna, desde el telescopio del refugio. tokitan

Son las once de la noche. Acaban de llegar los dos últimos expedionarios, de Madrid y de El Burgo de Osma, Alejandro y Chupi. Ya estamos solos con el guarda del refugio, que nos ha cedido el trípode para hacer fotografías de la espectacular noche que hace.

Cuando lo ha guardado, ha sacado un telescopio, así que nuestra última visión antes de meternos en el saco ha sido la de las Montañas de la Luna.