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Tengo un admirador

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Cada mañana lo encuentro plantado junto a la puerta de mi trabajo. Y no me quita el ojo de encima mientras aparco el coche. Cuando salgo ya no está pero me deja, sin faltar un solo día, una nota escrita en papel rosa sobre el parabrisas. No consigo saber lo que pone porque la verdad es que tiene una letra desastrosa pero las guardo todas con mucho cariño. Mis amigas no paran de decirme que si se trata de un policía municipal, que si esto, que si aquello … Lo que les pasa en realidad es que tienen envidia.

Ilustración: Lola Gómez Redondo