Con el primero empleó veneno disuelto en el café. Bastó un pequeño empujón en las escaleras para deshacerse del segundo. Al tercero le manipuló los frenos del vehículo. Y se sirvió de un grueso almohadón con el cuarto. Odiaba repetirse. Y mientras maquinaba el modo de poner fin a la vida de su quinto marido, éste falleció de causa natural luciendo una llamativa mueca triunfal en el rostro.
Ilustración: Lola Gómez Redondo
jajjajaja la muerte natural era la derrota de la maldita viuda negra. Me gustó Raúl.
Enhorabuena por ser finalista en la FABZ.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Vaya con la viudita!!
Ya sabes, «hasta que la muerte os separe».
Esta viuda no será aquella que pese a abrir todas las ventanas de casa, no conseguía hacer desaparecer el olor a pies de su difundo? Je je
Ja ja ja. No le estaría nada mal.
Muchas gracias David.
Qué bueno! La pobre no contaba con que su marido se le adelantara.