“El tercer ángel derramó su copa sobre los ríos y sobre las fuentes de las aguas y se convirtieron en sangre.” Apocalipsis 16:4
Las aguas del río bajaban teñidas de un tono carmesí. Ante tal fenómeno las gentes piadosas se entregaban a la oración. Los científicos, por su parte, hablaban de la proliferación del alga roja (Euglena Sanguinea) como consecuencia de la elevada contaminación. Y mientras ponían su mirada en el Altísimo los unos, los otros lo hacían en las factorías industriales, templos del dinero, para muchos el nuevo dios.
Nos estamos cargando el planeta. Los viajes espaciales a otros planetas habitables dejarán de ser ciencia-ficción para convertirse en una necesidad.
Esperemos que en esas naves no nos topemos con siniestros polizones de cabeza apepinada.
Siempre podemos llamar a la Teniente Ripley.
Perfecta definición y comentario muy acertado Raúl. Nos estamos cargando el planeta a marchas agigantadas…y aún hay gente que no se da cuenta o no quiere darse cuenta porque sólo les beneficia a ellos por dinero,sin pensar en la naturaleza,en la contaminación de los mares,etc y que cada año las temperaturas son menos normales. ¡Increíble relato,un placer leerte…cómo siempre!