Blog | Periodista y cocinera

Sopa de letras

Tengo muchos libros de cocina, a pesar de Internet. La red ofrece hoy mil y una recetas y posibilidad de conocer sobre gastronomía en distintos aspectos. Los hay, incluso, que han aprendido a cocinar gracias a vídeos de Youtube. Pero para mí no hay nada más relajante que perderme en un buen libro, hojearlo, practicar las recetas que contiene con él abierto en la cocina, releerlo de tanto en cuando. Supongo que no están reñidas ambas cosas. Se puede ser un entusiasta de la red y un apasionado de los libros. Todavía es posible una convivencia pacífica, que no hace sino enriquecernos. Pero no iba a ese tema hoy.

Decía que tengo muchos libros de cocina, caros y baratos, bien editados y folletos publicitarios con recetas, y todos los uso. Me han resultado especialmente gratos, e incluso útiles a veces, dos ediciones del diario El País, cuando los periódicos aún se dedicaban a temas de interés: ‘Cocina con firma’, con lo básico de los grandes chefs españoles y ‘Cocina País por País’, un recorrido esencial por las cocinas del mundo. Cocina italiana, recetarios de la cocina mediterránea, cocina tradicional, cocina regional, libros sobre postres, chocolate, pinchos, libros con firma de los grandes cocineros, diseño de platos… un sinfín de ediciones, como corresponde a alguien a quien le encanta la gastronomía. Pero también me gusta leer otro tipo de libros relacionados con la cocina que aportan otras visiones, más allá de un simple recetario. Entre ellos destacaría ‘La cocina al desnudo’, del desaparecido y admirado Santi Santamaría. Es ameno, curioso y certero, a mi entender. Comienza con una carta que le envían desde Burger King, retándole a igualar lo que consideran la mejor hamburguesa del mundo, la Honey & Mustard Tendercrisp. La respuesta del genio de Can Fabes desemboca en un una reflexión sobre la restauración moderna que se atreve a cuestionar, incluso, la cocina de El Bulli. Imaginen lo escrito sobre la comida basura. Vayan un par de citas:

libro 2“Para mí es más importante la defensa de la cultura culinaria de base, es decir, la cocina doméstica, que la alta cultura culinaria, o sea, la que representan mis restaurantes. Y ello es así porque si falla la base, la cúspide de la pirámide culinaria no puede desarrollarse. Entre la base doméstica y la punta se encuentran la mayoría de las restaurantes”.

“A la cocina doméstica, la de la familia, ya se le ha pasado el arroz. La mayoría de España come y vive según las pautas de comportamiento impuestas por la sociedad de consumo, que ya ha renunciado a la calidad”.

 Otro libro de cocina no al uso es ‘Un científico en la cocina’, de Ramón Núñez. Se trata de una obra muy amena llena de historias curiosas sobre los alimentos con la que aprender y divertirse. Por ejemplo en uno de los capítulos dedicado a los pucheros habla de las diferencias entre los cocidos con nombre propio en España, como el maragato, el puchero canario, el cocido madrileño, el montañés, la berza gitana, escudella i carn d’olla, la olla podrida, la laconada, el cocido de la chata o el cocido pobre.libro 3

‘Las recetas de Carvalho’, de Manuel Vázquez Montalbán, es otra obra atípica sobre cocina en la que se recopilan las numerosas alusiones del famoso investigador sobre ese mundo y en las que se revela la desmedida afición a la cocina de autor y personaje.

libro 4“-Planas no ha descubierto el placer de comer. Es un placer que hay que descubrir a los treinta años. Es la edad en que el ser humano deja de ser un imbécil y a cambio paga el precio de empezar a envejecer. Esta tarde he decidido merendar morteruelo y beber Chablis. ¿Sabe usted qué es el morteruelo?”.

Recientemente, una persona aficionada a la lectura y a cocinar (muy bien), me descubrió una edición estupenda que reproduce las notas de cocina de Leonardo Da Vinci. Al genio del Renacimiento tampoco se le resistió el campo de la gastronomía. Fue maestro de banquetes en la corte de Ludovico Sforza durante más de treinta años y jefe de cocina de la taberna Los tres caracoles. Recopiló recetas y curiosidades e inventó máquinas de uso culinario.

“He estado pensando de nuevo en el pan y la carne. ¿Y si dispusiera la carne entre dos trozos de pan? ¿Y cómo podría llamar a este plato?”.

“Observaciones: Los huevos bendecidos por sacerdotes saben igual que cualquier otro huevo”.Libro 1

“Pastel de Navidad: Pelaréis, deshuesaréis y haréis una pulpa con siete grandes pescados blancos, los mezclaréis con las migas de siete barras de pan de color suave y trufas blancas recién ralladas enteras; ligaréis todo esto con la albúmina de siete huevos de gallina y lo calentaréis al vapor, dentro de una bolsa de lienzo fuerte durante un día y una noche”.

Por último, recomiendo un libro que ahora mismo estoy releyendo y que mezcla cocina y erotismo, una pareja muy bien avenida. En ‘Afrodita’, de Isabel Allende, la autora hace esta reflexión para animar a los lectores a descubrir las múltiples historias que recopila en su obra:

“Me arrepiento de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana ya que la sexualidad es un componente de la buena salud, inspira la creación y es parte del camino del alma... Por desgracia, me demoré treinta años en descubrirlo”.

Evidentemente, hay muchos más libros de interés relacionados con la gastronomía. Esta es solo una pequeña muestra personal. ¿Alguna recomendación?