Blog | Periodista y cocinera

Paseo gastronómico por Valladolid

Valladolid se está convirtiendo, cada día más, en una ciudad gastronómica. A las nuevas ofertas de locales se añaden iniciativas como la del Concurso Nacional de Pinchos de Valladolid (que ha cumplido diez años) que tienen ya una proyección muy importante y que sitúan a la capital vallisoletana como destino gastronómico de primer orden. Merece la pena recorrer los bares probando las exquisitas tapas que, gracias a la idea de invitar a restaurantes de otras provincias, ha adquirido mucho más empaque, y también más calidad.

Mi reciente ruta gastronómica vallisoletana, en compañía de buenos amigos, comenzó en el restaurante Martín Quiroga, en la plaza de las Brígidas, y una de las apuestas seguras del panorama culinario de la ciudad. El local es muy pequeño (en el comedor hay cuatro mesas, aunque también se puede comer en la barra), pero quizá también por ello resulta acogedor. Los hermanos Nicanor y Marcos regentan desde 2011 este restaurante donde prima la calidad del producto, un gran servicio y una relación calidad/precio difícilmente igualable. Compartimos un estupendo carpaccio de gambas con sal de vino, unos sabrosos calamares a la plancha con pesto y unos boletus con una suave mayonesa de ajo muy ricos, y eso que llegábamos con reticencia a probar platos con setas, por aquello de llegar desde Soria. Para los segundos, todos optamos por los platos de pescado, y todas fueron buenas opciones: San Pedro a la plancha, dorada salvaje con patatas panadera, tataki de atún y bacalao encebollado, todo en su punto, fresquísimo, sin artificios, platos llenos de sabor rendidos a la buena materia prima. El vino de Toro acompañó perfectamente la comida, que terminó con un surtido de deliciosos postres caseros: tocino de cielo, tiramisú, helado de mojito, helado de mango, trufa de chocolate... Es imprescindible reservar, pero sin duda merece una espacada a Valladolid a probar la cocina de Martín Quiroga, que no es tradicional ni vanguardista, ni ecléctica ni regional... Es simplemente buena.

MQ4 Carpaccio de gambas con sal de vino

MQ 1MQ6MQ 2

Después de este pequeño festín, tocaba un buen paseo para encarar la tarde de pinchos que nos esperaba. La opción fue seguir una de las rutas teatralizadas organizadas por la Oficina de Turismo de Valladolid basada en los líos y amoríos cortesanos, que nos permitió conocer de otra manera algunos de los edificios y lugares más emblemáticos del centro de la ciudad. Sin duda, es una forma divertida y didáctica de pasear por Valladolid y recordar su historia. Después del paseo, y para reponer fuerzas, un paso obligado por el local que Julián Arranz ha abierto en la capital pucelana. Es increíble el trabajo de este pastelero, especialmente con el chocolate. Compramos una colección de bombones surtidos, maravillosos sabores de piña, mango, café, aceite de olvia, kikos, frambuesa... Una fiesta para los sentidos.

IMG_5117

Aprovechando la celebración del Concurso Nacional de Pinchos de Valladolid, fuimos buscando el primer premio, elaborado por el alavés Iñaki Rodrigo Rojas, del Punk Bach de Madrid para el restaurante Ángela. Se trataba de un trampantojo perfecto de percebes elaborado con foie y almendras, realmente sutil y delicioso.

percibes

Probamos también el pincho subcampeón en el bar Triana, un sorprendente Tigre de ceviche vasco elaborado por Helena Rodríguez del Goizako-Kabi y un clásico del bar Los Zagales, el Tigretostón, Pincho Ganador Autóctono en 2010, con pan integral, cebolla morada, cortezas, morcilla y queso.

Tigre de cebiche vascoprimer-premioTigretostón_ LOS-ZAGALES

Un recorrido gastronómico por el centro de Valladolid tiene que pasar por la taberna japonesa Wabi-Sabi, de la que ya os he hablado en una entrada anterior. El local es sorprendente y distinto, se agradece el aire fresco que ha traído a la capital vallisoletana, y también sus propuestas de mixtura japonesa y castellana. En esta ocasión problamos el sushi tempurizado, delicioso, y un plato que nunca puede faltar: la Bur-geisha-tún, una mini hamburguesa de atún rebozada en panko, mahonesa de soja, pan de alga nori, calabaza y furikake. Increíble tanto sabor en un bocado tan pequeño.

image

Y aquí la panda gastronómica, que ya ha planeado su próximo destino: Amparito Roca, en Guadalajara.

01982ea5a8d5b26c5d47d6417144a8e6f675de66e2