Aparco estos días el teatro para centrarme y comentar los cortos que nos presentan en la Sección Oficial a Concurso de este XVIII Certamen Internacional de Cortos de Soria. No sé si estos tendrán tanto nivel como han mostrado los tres espectáculos teatrales que ha habido en la sección llamada "Saliendo de la pantalla" dentro de este mastodóntico certamen. Bueno, desde la organización (metiendo la pata) dijeron que esta no pertenecía a "las actividades de pago del Festival", con lo que aquellos que compramos la acreditación pudimos entrar sin problemas (el martes) al primero de los microteatros y no a los otros dos espectáculos del miércoles y jueves. Lo peor no es que tuviéramos que pagar para estos últimos, sino que muchas personas, que creían que podían pasar con la acreditación, cuando fueron a comprar entradas, ya no las consiguieron. Yo estuve rápido y, aunque en horas intempestivas, no me perdí ninguna de las representaciones. Menos mal. Una pena que no se cuide al público y no se deje claro aquello que ponen en el programa.
Sorprendentes fueron las tarantinianas escenas de VI Crime Scenes, en las que Carlos, César y Nano nos hicieron recordar viva y literalmente aquellos momentos cinematográficos de las pelis de Quentin Tarantino que tanto nos han gustado. Tenían cuidados todos los detalles: un ambiente logrado e inmejorable en esa cochera de la Calle Morales Contreras; una escenografía conseguida, sobre todo, en el fragmento de Pulp Fiction dentro del coche; unas luces curradas acompañadas de unos efectos sonoros que creaban una atmosfera muy peliculera y unos temas musicales de cortinilla entre las seis escenas interpretados magistralmente por Elena de Nicolás, menudo lujazo de chica-banda sonora. Carlos Pascual me sorprendió gratamente por lo currado que llevaba el papel y por lo difícil que supongo que es interpretarlo con esa velocidad de palabra y con esa prestancia, bueno, esta la tiene siempre. A Nano se le veía apasionado y gozoso de hacer estas tarantinadas. Creo que las pelis las ha debido de ver unas muchísimas veces. Y de César, como ya he señalado otras veces aquí, me parece un actor formidable por su naturalidad, su nada impostada presencia y por sus medidos gestos de actor profesional. Una pena que solo fuera un día y que no lo repitan más (de momento). Me consta que el trabajo ha sido largo, duro y muy muy grato. También para nosotros que lo vimos.
El miércoles (si no llego a conseguir entradas hubiera sido una fatalidad existencial francesa) pudimos volver a gozar de Gemma Pascual, de Enrique Berrendero, de Angélica Arévalo y de Rubén Romero, este último no solo al piano sino también con diálogos incuidos. Realmente, cuando veo a Gemma, a Enrique y a Angélica estoy viendo a unos actores profesionales que dan la talla mejor que algunos que tienen ya un nombre. En sus Fragmentos de la Nueva Ola, sacados de pelis coñazo como Ascensor para el cadalso, Disparad al pianista, El fuego fatuo, entre otras, han sabido quitar esa nouvelle vague pretenciosa y dejar el sentimiento, la delicadeza, la emoción, la intensidad, la tragedia, el deleite y ...el teatro que hay en ellas. Un lujazo para los sorianos poder disfrutar de ellos en ocasiones como estas.
Y por último, el jueves, otra vez nos divertimos y disfrutamos con y de La Boe-me y eso que esta vez lo tenían difícil con la dichosa nouvelle vague. Eran peculiares y simpáticos los personajes de Carlos, César y Héctor (solitario y melancólico consumidor de tiempo y de bebidas) nada más entrar al Café & Nouvelle Vague, parecía que los habían traído de un nostálgico café parisino. El recibimiento del camarero Nicasio, cual personaje que Jacques Tati hubiera querido para sus películas, era el que daba ritmo a todos y a cada una de las escenas. El trasiego (alguna vez estuvieron hasta nueve) de todos los personajes estaba formidablemente medido y acompasado con cada una de los fragmentos y la caracterización sorprendía por su realismo y exageración 'berlanguiana' en esas pelucas de Begoña y Gemma. Lo que más me sorprendió de la escena del baile de Banda aparte con Antonio y César, fue una Sonia inconmensurable, caracterizada de forma magistral, parecía realmente la prota de la peli, pero con la voz de la dobladora en castellano, genial. Me quedé con ganas de más, por ejemplo, con alguna otra escena explotando el potencial teatral de Begoña, de Inés y de Gemma que me supieron a poco y también de César y Carlos, quien se afeitó la perilla para la ocasión, todo un profesional. Supongo que no será la última vez que lo representen, si tenéis oportunidad, no os lo perdáis.
Ya solo por mirar actuar estos tres espectáculos merece la pena el Festival de Cortos, pero el domingo comienza la Sección Oficial a Concurso y le tengo muchas ganas. Voy a intentar comentar aquí los 60 cortos con impresiones libres (muy nouvellevaguianas) y tuiteras (con pocos palabras). He de señalar que, como dice mi compañero y amigo Fernando Miranda, no tengo criterio y me gusta todo, así que el que avisa no es traidor.
Para mí un corto debe tener cinco premisas:
- que no se me haga largo
- que me sorprenda: estética o temáticamente, por alguna escena concreta o por su final
- que me haga sentir, emocionar, cabrear, divertir, entretener o pensar
- que me haga aprender algo
- y que lo recuerde por mucho tiempo
Aviso también que no tengo ni idea de cine (técnicamente) y que muchas de las impresiones que saco las copio de gente que me rodea.
NOS VEMOS EL DOMINGO 20 EN LA AUDIENCIA. MERECE LA PENA DISFRUTAR Y APRENDER CON EL CINE CORTO.
