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Cima 61 de 68. Murcia. Carrascoy Occidental. 1.064 metros. 30-8-2019

La cima más prominente de Murcia tiene una característica que probablemente la convierta en única dentro de este reto: se encuentra en el término municipal de la capital de la provincia. Viendo las modestas pedanías de la zona y sus más modestos y desperdigados caseríos, bajo robustas montañas, no es fácil intuir que pertenecen al Ayuntamiento capitalino, el séptimo más poblado de España, con una gran riqueza de fauna, sobre todo de rapaces. Yo solo he visto gran cantidad de conejos y perdices, de los que ninguno ha querido posar.

Pero así

es. La Sierra de Carrascoy, culminada por tres picos de similar altura (1.061,

1.062 y 1.064 metros), pertenece a Murcia capital y divide el término municipal

en dos: al norte se encuentra la famosa Huerta de Murcia y al sur, el llamado

Campo de Murcia, perteneciente a la comarca del Campo de Cartagena.

Yo he accedido por el sur, por este Campo de Murcia. Desde la ciudad se recorren unos cuantos kilómetros de autovía, se sale por Corvera y se llega después hasta la pequeña localidad de La Murta. Pero el núcleo principal de La Murta todavía está lejos del origen de la falda de la montaña.

Autofoto de cima

Por ello,

he seguido con el coche a través de un camino local muy estrecho y asfaltado

que atraviesa varias casas: Molinillo, Victoriana y de los Monreales. En esta

última, o mejor dicho un par de centenares de metros antes, he aparcado.

Igual que ayer, he madrugado bastante, sobre todo para evitar el calor. He empezado a andar a las 7.40. La ruta de hoy se resume de una manera muy sencilla: un trozo de pista, un trozo de senda, otro de pista, otro de senda y uno último, por supuesto, de pista.

Como la

noche la he pasado entre la habitación y el baño (quizás un batido de chocolate

que tiré a la basura después del primer trago, quizás los sudores combinados

con el aire del coche), esta mañana no estaba pletórico de fuerzas. Al menos,

no me ha faltado la más importante, la de voluntad para despertarme y ver si

tenía ganas de andar.

Así ha sido

y, además, el dios de las montañas ha permitido que el papel higiénico no haya

salido de la mochila en toda la ruta.

Al empezar

a andar, la temperatura tan agradable y el desnivel todavía suave me han ido

entonando. Como decía, al principio hay un trozo de pista de unos 400 metros.

Entonces sale una senda a la izquierda, marcada por hitos, que atraviesa

almendros y algún río seco antes de llegar al lugar llamado La Casica.

Aquí se coge el segundo tramo de pista, girando a la derecha. De esta pista salen algunos caminos a ambos lados pero hay que olvidarse de ellos, ya que se dirigen a otras casas de campo. De hecho, la pista por la que vamos llega un momento en el que desaparece y se transforma directamente en el segundo tramo de senda sin necesidad de desviarse, solo continuándola.

Amanecer

Esta parte es la más bonita de toda la ruta y la que más sentido le da. Durante algo menos de un kilómetro, la senda transcurre entre pinos y manteniendo siempre a la derecha un barranco. Se gana altura con rapidez, mientras se van dejando a ambos lados algunas montañas más aéreas y cerradas.

Cerca del

final de esta subida, todavía en sombra, me he detenido a seguir reponiendo

fuerzas con unos buenos tragos de agua fresca y unos buenos puñados de frutos

secos.

Ya estoy casi en la parte final, en el tercer y último tramo de pista, que realmente es una carretera de muy mal asfalto para llegar a las tres cimas citadas al principio del texto. ¿Por qué hace falta una carretera? Porque en estos tres picos hay una gran cantidad de antenas que necesitan mantenimiento.

La mayoría

de las rutas que pueden encontrarse en internet recorren las tres cimas. Ello

implica pequeños alejamientos de la pista principal, nada grave, pero yo he

preferido centrarme en el objetivo, el Carrascoy Occidental, el que todas las

últimas mediciones confirman como el más alto, lo que no significa que pasado

mañana no pueda adelantarle alguno de sus dos ‘rivales’, como tantas veces pasa

en el mundo de la montaña.

De hecho, e igual que pasó ayer, el vértice geodésico está en el pico llamado Carrascoy, como el hermano pequeño de la gran cantidad de antenas que lo rodean. En el Occidental tampoco hay ninguna placa con el nombre ni nada especialmente significativo más allá de esas antenas.

Lagartija al sol

He optado por bajar por el mismo sitio. Si en la subida iba dejando el mar a mi espalda, ahora lo veía todo el rato de frente, aunque no muy claro por la obcecación del sol en salir siempre por el Mediterráneo.

Aun así, me

ha dado oportunidad de ver una montaña solitaria en mitad de la nada, muy cerca

del mar. Luego he comprobado que es el Cabezo Gordo, una mole de más de 300

metros rodeada solo por tierra plana y al nivel del mar. Me ha parecido muy

curioso.

He hecho

una segunda parada para comer y beber y, cuando me he querido dar cuenta, ya

estaba de nuevo en La Casica: nuevo giro a la izquierda para coger la senda y

última curva a la derecha para el tramo final de pista, el mismo por el que he

empezado a caminar a las 7.40 de la mañana, cuando todavía el día estaba en

verdad agradable.

Algunos os

preguntaréis: “Con la de meses que tiene el año, ¿por qué elegir agosto para ir

a Murcia (a subir montañas)”. La solución, en la cima 62.

Punto de salida: A 200 metros de la

Casa de los Monreales.

Distancia: Con los atroches,

me habrán salido algo más de 11.

Desnivel: El coche estaba a algo menos de 500 metros y se llega a 1.064. Además, el desnivel de avance en la ida es negativo dos o tres veces. Unos 650 metros positivos.

Cuánto se tarda: Me ha costado tres

horas y veinte minutos de coche a coche.

Explícame cómo se sube sin literatura: Aparcas donde pone en el punto de salida. Ahí sale una pista y, a los 400 metros, coges la senda que sale a la izquierda. Termina en la construcción llamada La Casica. Ahí, giras a la derecha por la pista, que se termina transformando en senda y sube sin desvíos hasta las tres cimas de la Sierra de Carrascoy.