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Cima 58 de 68. Palencia. El Cuchillón. 2.174 metros. 20-7-2019

Las dos grandes y más características montañas de Palencia, el Curavacas y el Espigüete, se quedan curiosamente fuera de este reto por una circunstancia: la cercanía del epicentro de la llamada Montaña Palentina con la provincia de Cantabria.

Así, el pico más alto de Palencia es el Peña Prieta Sur o Pico del Infierno, una antecima del Peña Prieta. Esta gran montaña cántabra, además, impide que los citados Curavacas y Espigüete lleguen a los 500 metros de prominencia… aunque no les resta ni un gramo de sus merecidas trascendencia y fama.

A poco más de 20 kilómetros en línea recta hacia el oriente, separando igualmente estas dos provincias de Palencia y Cantabria, se encuentra la Sierra de Peña Labra o Sierra de Híjar. Una cimbreada carretera asfaltada asciende desde la vertiente cántabra hasta poco más de los 2.000 metros, algo no muy frecuente.

En la cruz junto a la cima

¿Por qué? Probablemente, por dos razones. Por un lado, porque en esta carretera se encuentra Brañavieja o, lo que es casi lo mismo, la estación de esquí de Alto Campoo. Brañavieja está a poco más de 1.600 metros.

¿Qué justifica que la carretera continúe hasta los 2.008 metros de la Fuente del Chivo en verano, ya que en invierno esta carretera queda cubierta por la nieve de las pistas de la estación?

El emblemático Tres Mares

Con una breve caminata, desde esta Fuente del Chivo se alcanza el Pico Tres Mares, un lugar emblemático y un nombre completamente descriptivo ya que en este punto situado a 2.171 metros se unen las cuencas hidrográficas que dan a los tres mares que bañan España: el Cantábrico, el Atlántico y el Mediterráneo.

Y, sin

embargo, tampoco el Tres Mares era nuestro objetivo de hoy, ya que por apenas

tres metros no es el punto cimero de la Sierra de Peña Labra.

La montaña más alta de esta zona es el Cuchillón, y allí hemos puesto nuestras botas Nacho y yo en una de las pocas ascensiones vespertinas de este reto. Ya van 58 y quedan 10.

Tú me sobrevuelas

No era la idea original subir por la tarde. En realidad, tampoco había una idea original muy definida. A las 8.00 de la mañana hemos salido de Soria capital los dos citados junto a Pachu y Raquel, en coche único. También ha venido la Huni, la perra que no debuta en este reto.

De camino hacia nuestro campo base, Reinosa, hemos parado también en San Leonardo, en Barbadillo del Mercado y en Aguilar de Campoo. Además, hemos preferido dejar todas las cosas en nuestro hotel lo primero. Por todo ello, y como no hacía mucho calor, hemos decidido comer en Reinosa y subir después al Cuchillón cuanto antes, porque las previsiones del tiempo empeoraban según avanzaba el día.

Nada más

comer, un viaje en coche de unos 40 minutos nos ha llevado hasta la Fuente del

Chivo. Allí, Pachu y Raquel se han quedado vigilando el vehículo y disfrutando

de la botánica de la zona, mientras Nacho y yo nos hemos echado a andar junto a

la Huni y junto a una compañera no programada: una espesísima niebla.

Nacho se ha

conseguido descargar el mapa de la zona, lo que en algunos tramos de la

caminata ha resultado de gran ayuda junto al GPS.

El trayecto entre la Fuente del Chivo y el Cuchillón se divide en dos partes muy sencillas de diferenciar. Primero se asciende por una pista hasta casi el Tres Mares. Esta pista es apta para vehículos, pero está prohibido circular en ella, prohibición que no todo el mundo respeta como hemos comprobado.

En la antecima

En poco más de tres cuartos de hora hemos llegado a una cruz que, en un primer pensamiento rápido, se asocia con la cumbre del Tres Mares. Pero no, realmente es una antecima situada al sureste. El Tres Mares auténtico se vislumbra a apenas unos pocos metros, quizás a cinco minutos a pie, un gran triángulo con un lado completamente vertical, otro formando unos 45 grados y otro oculto entre la gran ladera.

Las vistas

desde el Tres Mares SE, el que sí hemos hollado, son impresionantes: a la

derecha, el Tres Mares verdadero; de frente, un gran mar de nubes y muy al

fondo las moles de los Picos de Europa; en algún lugar a la izquierda, el

Cuchillón; detrás de nosotros, todavía la niebla.

Al ver la cúspide del Cuchillón a la izquierda, pero al no poder distinguir por la niebla el que debía ser nuestro camino, hemos seguido ese rumbo, hasta que muy pronto nos hemos dado cuenta de que no era por ahí: un inmenso acantilado cortaba nuestro paso. Esta es la segunda parte del trayecto.

Un error de cálculo en el regreso

El mapa nos

lo ha mostrado con claridad: no se puede ir en línea recta, sino que es

necesario descender unos metros por una arista antes de subir de nuevo por

otra. El problema es que la unión de ambas aristas, por lo que hemos visto hoy,

ofrece un único punto ‘débil’.

En otras condiciones, lo habríamos encontrado con mayor facilidad. Hoy, por la niebla, nos hemos despistado del hito que marca ese punto de paso. Cuando hemos pensado que ya habíamos bajado en exceso, un nuevo vistazo al móvil nos lo ha corroborado.

Vuelta para atrás, hacia arriba, y ahora sí, en apenas dos minutos, y justo cuando hemos visto a otros tres montañeros que también iban hacia el Cuchillón, hemos encontrado el hito que marca con claridad el paso. Por lo que nos ha parecido hoy, más arriba o más abajo solo hay cortados imposibles de atravesar.

Una vez encaminados correctamente, solo toca andar por esa gran arista, dejando siempre a la derecha la provincia de Palencia, la comarca y municipio de La Pernía, y a la izquierda las pistas de la estación de esquí.

Pachu y Raquel

En todo este tramo hemos tenido poca niebla, así que no nos ha costado dirigirnos hacia nuestro objetivo con buen paso. Llega un momento en el que la senda sube hacia la izquierda, y nosotros con ella. Hay que andar sobre piedras, fácil, para coronar primero una antecima sin nombre de 2.151 metros y después, por fin, los 2.174 del Cuchillón, donde es posible fotografiarse junto a otra cruz (aunque tampoco es justo el punto más alto) y volver a disfrutar de las vistas de la parte palentina de la sierra.

Como nos esperaban, no hemos demorado mucho la vuelta. El regreso ha sido idéntico hasta el lugar de paso entre las dos aristas. Una vez en él, en vez de volver al Tres Mares, hemos seguido de frente.

De esta

manera se sale directamente a la pista que, en cuatro zancadas, nos ha dejado

de nuevo en la Fuente del Chivo. Este camino es unos minutos más corto, pero

una vez que se visita esta zona merece la pena acercarse al Tres Mares.

Una vez

reagrupados los equipos de aproximación y cima, la expedición completa ha

deshecho el camino recorrido en vehículo hasta Reinosa, con una sola parada: el

nacimiento del Ebro en Fontibre. Antes de visitar los lugares de España más

remotos, es necesario conocer los ‘obligatorios’.

Punto de salida: La Fuente del

Chivo.

Distancia: Nos habrán salido

unos siete kilómetros.

Desnivel: Hoy, alrededor de

500 metros positivos entre la ida (Tres Mares, Cuchillón) y la vuelta (algo más

de media subida al Tres Mares).

Cuánto se tarda: Hemos empleado dos

horas y diez minutos, una hora y cuarto ha sido de ida y unos 50 minutos de

vuelta.

Explícame cómo se sube sin literatura: Desde la Fuente del Chivo, sigues por la pista que sube. Si no quieres llegar al Tres Mares, estate atento a una senda que sale a la izquierda. Esa senda sirve para unir las dos aristas por su único punto atravesable. Cuando llegas a la segunda arista, la sigues sin problemas hasta el Cuchillón, recordando que primero se pasa una antecima y que la cruz no está arriba del todo.