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Cima 36 de 45. Ávila. Almanzor. 2.592 metros. 17-9-2017

Como ha sucedido ya en algunas de las grandes montañas de este reto, para ascender a la número 36 hemos usado de dos jornadas. No es que sea imposible, ni siquiera muy difícil, hollar la cumbre del Almanzor en una larga caminata de varias horas, con la Plataforma de Gredos como principio y como final, pero se disfruta más de la ascensión si se pasa una noche en el refugio siempre llamado Elola, y ahora conocido como el de la Laguna Grande de Gredos. Hay placas con las dos denominaciones, pero es el mismo y uno solo, el situado junto a esa laguna y debajo de unos imponentes picachos silíceos a los que cuesta dejar de mirar por sus quebradas y atractivas formas.

Día 1. Sábado 16

Como yo pasé la noche del viernes en Madrid, quedé con Félix para coger en Chamartín el tren que nos llevaría a Ávila capital a las 10.45. La llegada estaba prevista a las 12.22. Poco antes de nuestra quedada, a las 10.00, deberían salir de Soria los otros cinco compañeros de viaje: Carlos, David, José Vicente y ambos Nachos, en el coche de siete plazas que teníamos alquilado.

Poco después de las 13.00 horas estábamos los siete juntos en el restaurante El Sol, en Ávila, donde vivimos la primera de las tres casualidades de este viaje, ya que nos encontramos con el equipo juvenil del San José de fútbol, que jugaba después contra el Ávila. Empataron a dos. Allí comimos, y desde allí emprendimos rumbo hacia Hoyos del Espino, el pueblo del que sale la carretera de 12 kilómetros hasta la Plataforma de Gredos.

Los siete, en la cima Los siete, en la cima

Sin ninguna parada más, cogimos esa carretera y, tras pagar los dos euros y medio preceptivos por vehículo, llegamos a los 1.780 metros de ese gran aparcamiento alrededor de las 16.30. Justo antes de las 17.00, empezamos a caminar.

La ruta entre la Plataforma y el refugio puede demorarse entre las dos y las tres horas, este último caso para familias con niños. Desde el principio, se sube sin parar, demasiado si se tiene en cuenta que hay que salvar en teoría poco más de 150 metros de desnivel. El comienzo es una especie de calzada. Viene todo muy bien marcado.

Sin parar de subir, se llega a la fuente de Los Cavadores y, poco después, a un precioso mirador de todas las montañas del circo de Gredos, justo antes de la fuente de Barrerones. Estamos a más de 2.100 metros, así que no queda otra que bajar por una larga senda hasta los 1.950 metros a los que se encuentran la Laguna Grande y su refugio. En él, segunda casualidad, me encuentro con Rosa, una amiga de Madrid a la que llevaba años y años sin ver. Estaba con su marido, sus tres hijos y un amplísimo grupo de niños que se están familiarizando con la montaña y que no han dado una guerra en todo el fin de semana.

Cenamos en el segundo turno y a las 22.30, cuando el toque de queda, estamos los siete en nuestros lechos, los que nos ha facilitado el refugio, que estaba totalmente lleno.

Día 2. Domingo 17

Para sentarnos a desayunar antes que todo ese gran grupo de niños y sus padres, y porque así era nuestro plan primigenio, a las 7.30 ya estábamos a la mesa. Esa es la hora de inicio de la primera comida del día en este lugar.

El horario ha sido según lo previsto: recogida de sacos, depósito del material que no íbamos a acarrear en las taquillas, adquisición de algunos pícnics y pago de todo lo que habíamos consumido entre anoche y hoy. Pasadas las 8.30, ya estábamos caminando hacia nuestro objetivo. El sol iluminaba los picos más altos, pero todavía no éramos capaces de verlo directamente.

A una decena de metros del refugio, hay cuatro flechas de madera indicando los destinos más habituales. Uno de ellos, me imagino que el destino estrella, es el gran Pico Almanzor, la cumbre más elevada de Gredos y de todo el Sistema Central. Pone que se tarda dos horas y, ya lo puedo adelantar, eso es exactamente lo que hemos tardado en llegar hasta allí arriba.

Laguna Grande de Gredos Laguna Grande de Gredos

No es fácil tener más suerte con el día para subir al Almanzor, con una temperatura casi perfecta, viento escaso y amenaza nula de lluvia. Siendo la época que es, no hay ni el menor atisbo de nieve.

Esa flecha hacia el Almanzor indica hacia un collado, al que apuntan cientos de hitos como si cada excursionista pensase que su ruta de acceso es la más idónea. No hay ninguna pérdida, porque el Almanzor en línea recta está muy cerca y se va viendo todo el rato. Eso sí, no hay descanso alguno. Al principio, la senda es más o menos tal, pero pronto se convierte en un gran laberinto de piedras de todos los tamaños que hay que ir sorteando sin dificultad.

Ese camino, aproximadamente a los tres cuartos de subida, hay que abandonarlo para coger otra canal que sale a la derecha, algo más empinada y que se va estrechando poco a poco. Nos está dando el sol, pero bajan otros montañeros que nos dicen que arriba, al otro lado de la cresta, hay sombra, pega el viento y hace frío. Ya llegaremos para comprobarlo.

Esta segunda canal desemboca de nuevo en otras dos, pero la elección es obvia. Hay que coger la de la izquierda para llegar, ahora sí en muy pocos minutos, hasta la Portilla del Crampón. Allí, donde todavía daba el sol, hemos dejado todas las mochilas para acceder a la parte final, la más amena de toda la subida.

Desde esa Portilla del Crampón se ve justo encima el Almanzor, pero se nota que atacarlo de frente no es la mejor idea. Hay que irse al otro lado y seguir unos puntos blancos visibles en las rocas. Es necesario realizar varias trepadas no muy complicadas, pero en las que tampoco viene mal ayudarnos los unos a los otros. Ayuda también el hecho de que no es un terreno muy aéreo, lo que reduce la sensación de peligrosidad y de dificultad.

En la Portilla del Crampón En la Portilla del Crampón

En muy pocos minutos estamos arriba, en el hermosísimo Pico de la Plaza del Moro Almanzor. Adecuándonos como podemos a la estructura de la cima, nos hacemos la obligatoria foto aprovechando la presencia de un montañero que llegaba en ese momento adonde estábamos nosotros. No hay mucho espacio ni mucho tiempo para admirar las espectaculares vistas de las dos mesetas.

La bajada es más entretenida. Primero, hay que hacer unos destrepes hasta las mochilas. Allí, en la Portilla del Crampón, hemos almorzado todo lo que nos habíamos subido, mientras un par de cabras de Gredos nos pedían compartir con nosotros esa comida.

Desde la Portilla hasta el refugio nos hemos encontrado a bastante gente que subía, pero sin exageraciones. Muchas de ellas son personas que han empezado a andar desde la Plataforma, buscando una larga jornada para subir al Almanzor sin hacer pernocta en el refugio, al lado del cual había varias tiendas de campaña anoche.

Hemos empleado en bajar otras dos horas, incluyendo el rato de la comida. En el refugio teníamos que recoger las pertenencias de las taquillas y despedirnos de sus guardeses. Se estaba tan bien al sol, que nos hemos demorado más de lo previsto. Gracias a ello, tercera casualidad, nos hemos encontrado con el gran corredor de montaña Miguel Heras, que suele entrenar por esta zona.

El inicio del camino de regreso hasta el coche es pesado, ya que hay que subir de nuevo hasta el mirador. Vamos despacio porque no hay gran prisa. Del refugio al coche estamos otras dos horas caminando.

En la Plataforma hay unos cuantos vehículos, sin masificaciones. Bajamos a Hoyos del Espino. Ya son más de las cuatro así que nos tenemos que conformar con unos bocadillos, lo que no nos supone problema. Dejamos a Félix en Ávila para que coja un tren a Madrid y los otros seis seguimos hacia Soria. Llegamos de noche. El proyecto se encuentra completado en sus cuatro quintas partes, así que habrá que ir a por la quinta en los próximos meses.

Punto de salida: Refugio de la Laguna Grande de Gredos, tras un acercamiento de dos horas desde la Plataforma.

Distancia: De la Plataforma al refugio, casi siete kilómetros. Del refugio al Almanzor hay unos dos kilómetros y medio.

Desnivel: De la Plataforma al refugio, se suben casi 400 y se bajan más de 150. Del refugio al Almanzor, ganancia constante de unos 650 metros.

Cuánto se tarda: De la Plataforma al refugio, unas dos horas, casi igual que ese mismo camino a la inversa. Del refugio al Almanzor, dos horas de ida y algo menos para volver.

Explícame cómo se sube sin literatura: De la Plataforma al refugio está muy bien marcado por flechas hacia la Laguna Grande, que hay que rodear para llegar al refugio. Desde aquí, se sigue una gran canal que viene indicada y, además, se va viendo siempre de frente, un poco a la derecha, el Almanzor. Esa canal se deja poco antes de su final para coger otra que sale a la derecha. Esta segunda se divide en dos cerca del final. Sin nieve, se coge la de la izquierda hasta la Portilla del Crampón. Aquí se dejan las mochilas para la última trepada, andando unos diez metros sin ganar altura hasta empezar a subir. Hay unos puntos blancos.

La canción de Fernando: