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Step by step, we will get it!

La pasada semana se publicaba en varios medios provinciales que los centros concertados de la capital daban un paso más hacia la mejora de la enseñanza de idiomas. Lo hacían mediante su integración en el Plan Integral de Plurilingüísmo Educativo (PIPE). Este proyecto, desarrollado por Activa, propone una sistematización de la enseñanza de idiomas a través de tres ejes: curricular, complementario y extraescolar. Una buena iniciativa para avanzar en ese tan ansiado aprendizaje de los idiomas que tanto nos cuesta en España. Pero, ¿y por qué nos cuesta tanto?

Bajo mi punto de vista, y aunque muchas veces se piense lo contrario, hemos hecho grandes avances respecto al aprendizaje de las lenguas extranjeras (especialmente el inglés, que sigue siendo la más demandada por el momento).  Y  puntualizo, respecto al aprendizaje, porque a veces parece que no llegamos a encontrar el método ideal para la enseñanza del mismo. Un buen amigo, residente en Londres, me decía un día que siempre alababan su conocimiento de la gramática y lo bien que hacía las pasivas y los condicionales. Pero, desgraciadamente, este dominio de la estructura de la lengua, iba acompañado de una falta de comprensión, especialmente oral. Y mejor no hablamos de la expresión y esa vergüenza crónica de los españoles a desenvolvernos en otros idiomas.

Pero bueno, existen programas que se llevan potenciando ya unos cuantos años, que están tratando de paliar ese déficit didáctico con el que contábamos: el Bristih Council, las secciones bilingües, o este con el que comenzábamos el texto, el PIPE. Mi experiencia personal como docente es que, sin ser la panacea, este tipo de programas funcionan. Esta claro que la inmersión total en la lengua extranjera es el mejor medio para conseguir un bilingüísmo real. Y eso solo lo vamos a lograr si hemos tenido la suerte de tener un padre o madre extranjero, o si nos vamos a vivir al país donde se habla la lengua en cuestión. Pero, lo que yo he visto en alumnos que estudian en centros con programas bilingües, y que para mí es un gran progreso, es el hecho de ver el inglés como algo natural, y como algo útil. Sin duda, es muy complicado aprender algo que nos es totalmente ajeno y que consideramos inútil. Al convertir el inglés de algún modo en un área instrumental (es decir, un conocimiento que utilizaremos para adquirir otros conocimiento), los alumnos lo interiorizan como algo más necesario y que requiere más atención.

Otro tema es si los programas bilingües que se están aplicando ahora mismo en la mayoría de los centros escolares son adecuados. Al respecto, hay muchos defensores, pero también muchísimos detractores. El haber elegido Ciencias Naturales para ser impartida en inglés es algo que levanta muchas ampollas. Argumentos como que se pierden conocimientos importantes de la materia, o que el uso del inglés en este caso se centra solo en aprender y repetir vocabulario, son algunas de las críticas que más he escuchado. Es muy complicado diseñar un buen programa de bilingüismo, y quizás el problema está en la estandarización total de este tipo de proyectos. Parece que lo que le va bien a un centro, le tiene que ir bien a todos, y a veces ni siquiera nos paramos a analizar con detalle las características de dicho proyecto. Otro punto de debate son los asesores lingüísticos nativos que acompañan algunos de estos programas, ¿de verdad es tan importante que sean nativos o quizás deberíamos relegar su dominio del idioma por un conocimiento didáctico? Es decir, ¿qué es mejor: nativos sin formación ni experiencia pedagógica, o profesores formados con un acento no nativo?

Yo creo que la manera más natural de aprender un segundo idioma sería, en la medida de lo posible, asemejarlo al aprendizaje de nuestro idioma materno. Cuando nosotros aprendimos castellano, ¿alguien nos explicó el subjuntivo o los tiempos compuestos? No, lo aprendemos básicamente por imitación. Luego, está claro, cuando tenemos la suficiente capacidad para comprender la estructura del idioma, lo analizamos y aprendemos la gramática suficiente para estandarizarlo. Pero hacerlo al contrario a mí me parece totalmente artificial. Cuando somos pequeños, nos hablan, nos leen cuentos, nos ponen vídeos, nos enseñan canciones... y a partir de aquí aprendemos nuestra lengua materna. Entonces, ¿por qué no intentamos hacer lo mismo enseñando una lengua extranjera? Partir de situaciones comunicacionales y que surja la gramática de dichas situaciones, y no al contrario. Además de mayor naturalidad, sería un aprendizaje mucho más motivador y significativo para el alumnos.

En los centros públicos y concertados de la provincia tenemos muy buenos profesores de idiomas . Y yo creo que la metodología va avanzando, por ello, conservo la esperanza de que poco a poco vayamos superando este hándicap con los idiomas. Es verdad que el entorno no favorece tampoco demasiado, ya que lo que aprendemos dentro de la escuela es muy difícil de aplicar fuera de ella. Porque, ¿dónde puedo escuchar yo inglés una vez que voy a mi casa? Y eso que este tema mejora día a día, gracias a Internet, a los canales de televisión que ahora se pueden poner en versión original, etc. Pero aún así estamos a años luz de esos países que ofrecen los dibujos animados en inglés con subtítulos en su idioma materno. Sin embargo, como digo, yo tengo esperanzas, contrastadas con alumnos que han desarrollado su escolaridad en un centro bilingüe. Esperemos que sigamos dando pasitos, porque, step by step, we will get it!