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Mindfulness aplicado a la educación

Las técnicas de relajación están cada vez más de moda en todos los ámbitos de nuestra sociedad, tratando de contrarrestar el frenético ritmo de nuestras vidas. Desde la meditación, hasta la realización de ejercicios físicos específicos, todo vale para tratar de volver a la calma y mejorar aspectos tan importantes como la autoestima, el autocontrol o la concentración. Y como la educación, una vez más, es un reflejo de lo que pasa en el mundo adulto, en los últimos cursos escolares el mindfulness se ha ido incorporando a algunos centros escolares.

Podemos definir esta técnica, que también se conoce como conciencia plena, como la capacidad intrínseca de la mente de estar presente y consciente en un momento determinado, en un momento en que cuerpo y mente se sincronizan totalmente en un instante de realidad presente. Consiste en prestar atención, momento a momento, a pensamientos, emociones, sensaciones corporales y al ambiente circundante, de forma principalmente caracterizada por "aceptación" -una atención a pensamientos y emociones sin juzgar si son correctos o no-. El cerebro se enfoca en lo que es percibido a cada momento, en lugar de proceder con la habitual preocupación y los sentimientos negativos acerca del pasado o el futuro.

Según el blog Tu Relajación, son muchos los beneficios de aplicar esta técnica en los más pequeños. Entre ellos, destaca:

  • Mejora el aprendizaje, la atención, la creatividad y el rendimiento académico.
  • Pueden concentrarse mejor e ignorar las distracciones.
  • Les ayuda  a regular sus emociones, a encontrar la tranquilidad y el equilibrio cuando se sienten enfadados, angustiados, molestos…y a sentirse más seguros.
  • Aumenta la introspección, ven más claramente lo que sucede en su interior, en su exterior, en los demás y en su entorno.
  • Desarrollan la compasión y la amabilidad hacia sí mismos y hacia los demás.
  • Mejora las habilidades prosociales como la paciencia, la empatía, la alegría por el bienestar de los demás o la ecuanimidad.

Además, esta técnica puede aplicarse en cualquier aula, sin tener que rescindir su uso a una edad determinada. Así, encontramos experiencias de este tipo en el aula de infantil, como puede ser la que desarrolla el CEIP Tierra de Pinares de Valladolid (actividad que, además, recoge a través de su propio canal de Youtube); en primaria, descrita en el blog El aula de Elena; o en Secundaria, como el proyecto del IES Las Lagunas de Mijas (Málaga), que básicamente se centrar en trabajar los cinco primeros minutos de clase, basándonos en el control de la respiración, la atención a los sentidos (ver, escuchar, tocar) y la atención a las sensaciones (cuerpo, postura, mente).

Los beneficios de este tipo de técnicas están también refutados por varios estudios. Como recoge el blog Escuela con Cerebro, la aplicación de la misma en alumnos de diferentes edades favorece la mejora de la competencia interpersonal, el desarrollo socioemocional, la flexibilidad cognitiva, el autocontrol, la gestión del estrés, la empatía, el optimismo o la reducción de síntomas asociados con la depresión, entre otras virtudes.

El material para trabajar esta técnica en el entorno educativo es cada vez más amplio y especializado. Para ofrecer un breve ejemplo, Mindfulness en palabras recoge un variado conjunto de recursos, entre los que se encuentra el programa Aulas Felices (programa educativo basado en la Psicología Positiva y el Mindfulness, desarrollado por el Equipo SATI, un grupo de trabajo de Zaragoza).

Las técnicas de relajación y mejora de la concentración no tenían cabida en la escuela tradicional. Pero, poco a poco, el mundo de la educación está entendiendo que el colegio es un centro donde se debe preparar a los niños para poder afrontar su vida adulta. Y para ello, dotarles de estrategias que les faciliten la gestión de sensaciones tan comunes como el estrés, la ansiedad o la falta de concentración es una muy buena opción.

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