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Los riesgos de las TIC: ¿cómo se promueve un consumo seguro de las redes sociales?

Ya hemos hablado en alguna otra ocasión de la constante exposición a la Tecnología de la Información y la Comunicación en la que nos encontramos sumidos en la actualidad. Ordenadores, tablets, teléfonos móviles… todos estos dispositivos se encuentran al alcance de nuestra mano, haciéndonos la vida más fácil y poniendo a nuestra disposición, de manera instantánea, todo un universo de contenidos de la más diversa índole. Pero también son completamente accesibles para cualquier niño o adolescente, hecho que, además de ofrecerles un sinfín de posibilidades, a cada cual más positiva, también entraña una serie de riesgos que hay que conocer para poder evitar.

Con este fin –sensibilizar sobre los riesgos de las TIC y las redes sociales- han surgido varias iniciativas de éxito. Entre ellas, se puede destacar la web pantallasamigas.net, que surge con el objetivo de promocionar el uso seguro y saludable de esta tecnología, a la vez que promueve el fomento de una ciudadanía digital responsable en la infancia y la adolescencia.

Y para ser consciente de esta realidad, es importante aclarar una serie de conceptos:

Tecnoadicción: Todos aquellos fenómenos o problemas de abuso de las TIC: adicción a Internet, a los teléfonos móviles (incluyendo la comunicación instantánea) y a los videojuegos (offline y online).

Netiqueta: Conjunto de normas de comportamiento general en Internet: de la misma manera que existe un protocolo concreto para los encuentros físicos, la netiqueta define la manera de tratar los contactos electrónicos. Incluye: comportamiento en el email, en los foros, en los blogs, en chat y en redes sociales. La web www.netiqueta.org recoge toda la información relativa a este reglamento online.

Sexting: Según recoge la web de referencia, este concepto se define como “el envío de contenidos de tipo sexual (principalmente fotografías y/o vídeos) producidos generalmente por el propio remitente, a otras personas por medio de teléfonos móviles”. El riesgo principal que implica esta práctica es la posibilidad de difusión masiva e incontrolada intrínseca de las TIC. A partir de la posesión de estas imágenes o vídeos se puede producir un fenómeno definido como sextorsión, es decir, el chantaje realizado a partir de la posesión de dichas fotografías íntimas.

Grooming: El ciberacoso sexual de adultos a niños y adolescentes, relacionado con la pederastia y la pornografía infantil. Habitualmente, el acosador mostrará actitudes amables con la víctima, hasta conseguir ganarse su confianza, a partir de la cual tratará de conseguir imágenes del menor desnudo o con contenido erótico. En ocasiones, esta práctica puede ser la antesala del abuso sexual.

Ciberacoso o ciberbullying: El acoso escolar es, por desgracia, una realidad muy presente en las aulas desde mucho antes del surgimiento de las TIC. Sin embargo, estas tecnologías han agravado sus consecuencias y sus dificultades de prevención, dada la inmediatez, facilidad y disponibilidad de las mismas, además de su capacidad de difusión masiva. Otro factor que ha promovido la peligrosidad del ciberacoso es el hecho de no enfrentarse cara a cara con el acosado, lo que provoca una falta total de empatía por parte del acosador.

Ciberviolencia de género: Igual que pasa con el acoso escolar, la violencia de género no es propia de la Era Digital. Sin embargo, los mismos parámetros, propios de las TIC, que incrementaban los riesgos del bullying, se pueden aplicar a la violencia contra las mujeres. Como relata la web pantallasamigas.net, “la victimización de las mujeres online cobra especial relevancia impulsada por dos características adicionales que presenta la Red: la facilidad para hacer daño, ayudada por un alto grado de impunidad y las dificultades para mantener la privacidad; y el contacto permanente con la víctima.”

Una de las herramientas que más utilidad tiene para luchar contra todos estos riesgos es la mediación parental, es decir, el control del uso que niños y adolescente hacen de las TIC. Esta supervisión puede realizarse desde cuatro enfoques distintos:

  1. Restrictiva: estableciendo reglas explícitas del uso de los medios.
  2. Compartida: entrando con ellos en la red y comentando los contenidos que en ella aparecen.
  3. Instructiva: orientando y asesorando sobre dichos contenidos
  4. Desenfocada: permitiendo que los hijos accedan a Internet cuando y como quieran.

Los tiempos cambian y la manera de comunicarse y relacionarse también. Debemos ser conscientes de ello y acompañar y orientar a niños y adolescentes en este proceso de transformación.