Blog

La importancia de la música en el ámbito educativo

La optatividad de la asignatura de música en la Educación Primaria y Secundaria que registra la LOMCE ha levantado mucha polémica. Los docentes de esta asignatura ya se han comenzado a movilizar y las campañas de recogida de firmas y las convocatorias de manifestación están presentes en las redes sociales. Pero, ¿es realmente una asignatura importante?

Numerosos estudios señalan que la música a edades tempranas es muy positiva. Entre otras cosas, ayuda a desarrollar el control motor, el ritmo, fomenta la creatividad y la fantasía. Eso sin contar que es un componente muy importante de nuestra cultura, tanto si nos referimos a la universal como a la más local. Es un rasgo de nuestra identidad tan importante de transmitir que la escuela no puede quedar ajena a él.

Estamos rodeados de música. En una época como la nuestra, en la que los medios de comunicación están completamente integrados en nuestro día a día, no podemos olvidar la función protagonista que la música juega en ellos. Tanto en anuncios como en películas, televisión, radio, videojuegos e incluso Internet, las sintonías juegan un papel tan necesario como la imagen, y sin ella, la comprensión del mensaje que quieren transmitir estos emisores no sería igual.

Las bondades de la música son tantas que incluso, hoy en día, forman parte de una terapia. Según la Asociación Internacional de Musicoterapia, ésta se define como la utilización de la música y/o de sus elementos (sonido, ritmo, melodí­a y armoní­a) por un musicoterapeuta cualificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a sus necesidades fí­sicas, psí­quicas, sociales y cognitivas.

En la actualidad, esta terapia se incluye dentro de las profesiones del ámbito sanitario. Además, se define como una técnica humaní­stica y creativa porque actúa sobre las emociones, la creatividad, los valores humanos, etc. Pertenece al grupo de les terapias creativas junto con la danza terapia, el arte terapia, la poesí­a terapia y el psicodrama. No es una terapia alternativa ni una terapia adjunta sino que tiene entidad propia; y está considerada como una de las 100 carreras con más futuro en este siglo. Gabriela Guaglione, musicoterapeuta, indica que el profesional de esta terapia no solo utiliza la música para escucharla y disfrutarla, sino que utiliza sus componentes, el cuerpo, el silencio y varias técnicas y recursos para abordar a las personas o grupos, según sus necesidades.

Podemos hablar de dos modelos diferentes de aplicación: la musicoterapia clínica y la musicoterapia preventiva y comunitaria.

La primera se aplica a pacientes de manera individual más que de forma grupal, y entre sus aplicaciones se pueden tratar sintomatologías de psicosis, autismo, trastornos neurológicos, etc. Esta terapia se suele aplicar en el ámbito hospitalario, donde el musicoterapeuta formará parte de un equipo multidisciplinar, que aplicará esta técnica buscando cambios o progresos en los usuarios tras la intervención.

El segundo modelo, como se recoge en la página web lamusicoterapia.com, surge como resultado de la evolución de la práctica clínica que intenta resolver problemas emocionales, dificultades en el contexto educacional-ocupacional, desajustes psicológicos ante la enfermedad física, crisis vitales y/o crisis socioeconómicas de las personas. Este modelo se centra en la promoción y prevención de la salud; detecta factores de riesgo psicosocial vinculados a las condiciones de vida, normas, valores, motivaciones o comportamientos e implementa técnicas específicas que permiten potenciar los rasgos sanos de los usuarios. Todo esto dentro de un rol profesional menos directivo, donde el musicoterapeuta actúa como guía en el proceso de aprendizaje.

La música ha formado, forma y formará parte de nuestras vidas a lo largo de toda la historia del hombre. Es por ello que debe jugar un papel fundamental en la educación, tanto infantil como primaria y secundaria. Prescindir de la música es como prescindir del arte, la arquitectura o incluso la historia. No permitamos que esto ocurra en nuestros centros escolares.