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El mundo educativo aboga por un aprendizaje vinculado a la naturaleza. Hoy descubrimos la pedagogía Bosque Escuela

Dicen algunos expertos educativos que gran parte de las

metodologías que ahora tildamos de innovadoras realmente son estrategias que

llevan tiempo realizándose y sacándose rédito. Entre estas podríamos incluir las escuelas al aire libre como Bosque Escuela  y es que la combinación infancia-

naturaleza es algo que nuestros mayores han disfrutado durante generaciones.

Cierto es que el ritmo frenético de las últimas décadas está provocando que

perdamos ese contacto con el medio ambiente, por ello su resurgimiento –y su

puesta en valor desde un punto de vista más académico- es un gran acierto. Hoy

hablamos con Raquel Urquía, especialista en esta disciplina educativa.

¿Puedes definirnos qué es exactamente el Bosque Escuela?

Bosque Escuela  es una pedagogía al aire libre que lleva vigente muchos años en países nórdicos con influencias de diferentes filósofos y pedagogos en la que la naturaleza tiene un papel fundamental en el aprendizaje del niño/a. En estas escuelas el aula es la naturaleza, es decir, que los alumnos salen al aire libre haga sol, llueva o nieve usando la ropa adecuada a las condiciones meteorológicas.

La naturaleza aporta experiencias, vivencias, emociones,

materiales y multitud de procesos  que

provocan en los niños/as una gran curiosidad y motivación favoreciendo el

aprendizaje. ¿Para qué explicar las estaciones si pueden vivirlas y ver son sus

propios ojos todo lo que ocurre?

Otra peculiaridad que tiene en común con otras pedagogías alternativas es la importancia del juego libre  junto con un profundo respeto al niño/a basado en la empatía.

Aunque hablemos de Bosque Escuela o escuelas bosque existen

escuelas al aire libre que no tienen un bosque como aula, puede ser la playa,

un campo incluso un parque…

¿Dónde existen experiencias reales de la aplicación de esta metodología?

En  Alemania hay más de 2500 escuelas infantiles al aire libre, también las encontramos en países como Suecia, Dinamarca, Noruega, Gran Bretaña, Suiza, Japón, Corea del Sur, Italia…

Y en España, desde hace algún tiempo, los proyectos de educación infantil al aire libre van creciendo en su mayoría como grupos de juego al aire libre.

Fuente: https://bosquescuela.com/

¿Cuáles son sus principales beneficios? ¿consideras que también tiene algún contra?

Existen estudios. como el que Peter Häfner obtuvo en 2002 en la Universidad de Heidelberg, en el que se concluyó que los alumnos que fueron a Escuelas Bosque siguen mejor el contenido de la clase, prestan más atención, hacen sus deberes de forma más independiente, respetan mejor las reglas, resuelven conflictos de forma más pacífica, se expresan de forma más precisa, argumentan mejor su opinión, son más creativos en clase, y tienen más fantasía.

Hace poco una alumna al analizar qué había ocurrido cuando les había sacado del aula para dar mi docencia me miró y con una sonrisa me dijo  “aquí fuera estoy más feliz”

A nivel pedagógico no soy capaz de ver desventajas. Que el aula sea la naturaleza no significa que no usen nunca otros recursos, excursiones, talleres… aquí cada escuela al aire libre tiene también su sello.

¿Es viable su incorporación a la educación formal?

Sí, En otros países ya ocurre y en España el centro Bosquescuela de Cerceda (Madrid) es una escuela homologada que cumple el curriculum escolar desde 2015. Tiene una clase con niños de 3 a 6 años que van al colegio como cualquier niño/a.

¿Cómo crees que será la proyección de esta pedagogía para los próximos años?

Tengo la sensación de que ha venido para quedarse y que está de moda, de lo cual me alegro mucho. Otra cosa es que el proceso de homologación, los trámites burocráticos y logísticos van a ponérselo muy difícil y ralentizar la aparición de Escuelas Bosque homologadas.

Por cierto, Soria sería un lugar ideal para una de estas

escuelas.