La villa de Vinuesa ha vuelto a quedarse pequeña esta mañana para acoger a la gran cantidad de público que no ha querido perderse la Pinochada, un acto tan tradicional como vistoso, lo que le ha valido la consideración de Fiesta de Interés Turístico Regional.
La Pinochada dura buena parte de la mañana, si bien lo más atractivo sucede después de la eucaristía. Primero, los hombres luchan entre sí, los solteros (Cofradía de San Roque) contra los casados (Cofradía de la Virgen del Pino). En esta simulación terminan resultando ganadores los casados, tras dar tres vueltas alrededor de la plaza Mayor.
Terminada esta 'batalla' entre los hombres, entran en acción las mujeres, quienes también dan vueltas a la plaza antes de descargar con sus pinochos contra los hombres, que se protegen las cabezas con sus escudos.
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En ese momento, se rompe toda formación y las numerosas mujeres vestidas de piñorra salen en persecución de todos los varones de la plaza y alrededores, a los que dan pinochazos, simbólicos en la mayoría de los casos pero no en todos, mientras les dicen 'De hoy en un año'.
Y así sucederá en 2020, cuando a partir de las 10.00 de la mañana se reviva de nuevo la Pinochada, todavía más multitudinaria por caer en domingo. A esa hora dará comienzo el desfile desde la carretera hasta la plaza, igual que ha sucedido hoy e igual que lleva sucediendo durante siglos con las lógicas variantes de los tiempos.
El origen de la tradición, incierto, apunta a la intervención fundamental de las mujeres en una contienda entre los hombres de Vinuesa y Covaleda, a raíz de la aparición de la Virgen del Pino en un monte que ambas localidades reclamaban como suyo.
