Blog | Periodista y cocinera

Dos Cielos Madrid

Como me porto muy bien, hace poco me regalaron una comida en Dos Cielos Madrid, el local que los Hermanos Torres regentan en pleno Madrid de los Austrias. El local está ubicado en unas antiguas caballerizas del siglo XIX dentro del emblemático hotel Gran Meliá Palacio de los Duques, en la Cuesta de Santo Domingo. A dos pasos de Callao, el patio que se recorre hasta llegar hasta el restaurante es todo un oasis de paz y silencio. Parece un milagro. El local combina ladrillo, hierro y madera y resulta acogedor por sus grandes ventanales llenos de luz. Tiene capacidad para 30 comensales y un salón privado para 20.

El menú de Dos Cielos Madrid tiene algunas de las cosas de lo que ya conocía del antiguo local en el Hotel Meliá Sky de Barcelona, con dos estrellas Michelín y ya cerrado. El nuevo templo de los Torres en la Condal se ha trasladado a una moderna nave en pleno centro, Cocina Hermanos Torres. Sabores muy mediterráneos, buena técnica, atención a los detalles, sorpresas, elegancia... el menú degustación fue toda una delicia de equilibrio y buen hacer, con el sello de estos hermanos que han conquistado a todo el mundo a través de la televisión y su Torres en la cocina. No pueden faltar sus toques brasileños (con el aperitivo de un pan hueco de mandioca relleno de crema de raíces), sus toques florales, sus platos eminentemente mediterráneos (suquet de salmonetes, rodaballo en su punto), sus tomas de tierra (con el ravioli con aromas de trufa negra, la crema de ajonegro o el lechal con verduritas) y sus maravillosos postres, como el mágico Panal (original, fresco, distinto, armónico y precioso).

Tomamos el menú degustación (85 euros sin bodega) con dos aperitivos, cinco platos, un prepostre, un postre, una muestra de panes y aceites y una sorpresa final, la joya de los Hermanos Torres. Como celebrábamos un cumpleaños, tuvieron el detalle de traernos una tartaleta de chocolate maravillosa.

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Nos gustó el lugar, el servicio y el cuidado de los detalles. Los hermanos Torres no están físicamente, pero su sello es inconfundible y bien llevado de la mano de su jefe de cocina, Damián González. Merece la pena la visita y ya sueño con visitar su local en Barcelona.