El alcalde espera que en el mes de mayo esté en servicio el nuevo centro cultural de La Dehesa

El centro cultural tendrá ludoteca, tres salas culturales, cafetería y una cubierta ajardinada para su integración urbana con el parque
Carlos Martínez

El alcalde espera que en el mes de mayo esté en servicio el nuevo centro cultural de La Dehesa, según ha explicado durante la visita a las obras realizada en el día de hoy y en el que se está realizando una inversión de 563.000 euros.

La intervención del edificio de 500 metros cuadrados se está realizando de forma integral y estará complementada con un servicio de hostelería que estará gestionado de forma privada, mientras que la actividad cultural se gestionará de forma directa por el Consistorio. El objetivo es recuperar tres espacios fundamentales, con una zona de ludoteca de 60 metros cuadrados, otra sala en la planta primera, dos salas en la planta baja y la cafetería. Las diferentes salas tendrán usos polivalentes para charlas, conferencias, presentaciones de libros, exposiciones... Martínez pretende que en 2019 ya albergue actividades de la semana de la novela histórica.

El arquitecto Miguel de Lózar ha explicado que las obras pretenden poner de nuevo en funcionamiento un edificio emblemático que había sido abandonado durante muchos años, dotándolo de un uso cultural. Para ello, se ha ampliado una sala para tener capacidad para acoger a 100 personas, que se complementará con otra dos salas de formato reducido y una ludoteca. El arquitecto pretende que el vestíbulo tenga acceso desde el parque y desde El Espolón, por lo que se convertirá en un eje entre el parque y el paseo, comportándose como "una puerta más del parque". Para mejorar la integración del edificio, contará con una cubierta ajardinada que no será accesible al público.

 

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En la primera fase no se acondicionará el exterior, prevista en una segunda fase. Entonces llegará el momento de acondicionar la pista de baile para hacerla accesible y eliminar barreras arquitectónica o escalonamientos, pero manteniendo la zona de gradas para diferentes actividades.

La recuperación del edificio no es sencilla, ya que se remodeló en los años 80 y "siempre surgen sopresas" por lo que "hay que ir investigando", siendo más complicado que la obra nueva. De hecho, De Lózar destaca la estructura del edificio, que espera recuperar y hacer visible en algunas zonas. Así, se habrían encontrado un par de pilares de hormigón que se han podido suprimir para mejorar el espacio de una sala, ya que fueron adheridas en los 80.

El edificio original fue de los arquitectos Romero-Aguirre, de 1957, que se terminaría en 1960. En cuanto a la intervención, motivada por un incendio, se realizó en 1980, obra de Francisco de Gracia, Francisco Yusta y Francisco Ceña Jodra.

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