La Barrosa vuelve a recorrer las calles de Abejar, decoradas con un manto de nieve

Jorge Gómez y Carlos Arroyo

La Barrosa de Abejar ha salido un año más por las calles de la localidad para cumplir con la tradición, como cada Martes de Carnaval y en este 13 de febrero lo ha hecho sobre una manta de nieve. En esta ocasión han sido Carlos Arroyo y Jorge Gómez los encargados de vestirse con camisa y calzón blanco, fajín y corbata roja, colocarse el sombrero y las polainas negras y dar vida a La Barrosa desafiando al frío y a la nieve con la que ha amanecido este último día de carnaval. Carlos es el único quinto que este año ha podido cumplir con el ritual, y se ha mostrado "emocionado" por dirigir este día que llevaba esperando "desde los tres año". En el caso de Jorge, es la tercera vez que da vida al barrosero y con el objetivo de que esta tradición no se pierda, no ha dudo en rescatar la ropa y volver a salir a las calles aunque eso sí, con un sentimiento "que no es como el de la primera vez" pero con la firme convicción de que "esta tradición no se pierda nunca". Ambos coinciden en la importancia de trasladar la fiesta a sábado para que los jóvenes que trabajan y estudian puedan acudir, ante la despoblación que también está pasando factura en esta localidad.

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Estos dos jóvenes de Abejar recorrerán a lo largo del día las casas habitadas de la localidad, y aquellas en las que no se guarda luto por el fallecimiento de algún inquilino en el último año, para recoger dinero o viandas y brindar con moscatel y pastas con cada uno de los vecinos.

Los barroseros han comenzado la 'ronda' por las calles más altas del pueblo. Uno de ellos porta La Barrosa, un armazón de madera cubierto con una sábana y decorado con escarapelas y cintas de colores, la cara y el rabo en ambos extremos así como los cuernos para simular la figura del toro. El otro, es el encargado de llevar el látigo que guía a La Barrosa y asusta a los más 'atrevidos', así como la cesta para recoger donativos y viandas que ofrecen los vecinos en sus casas. Los ocho cencerros del interior avisan a los abejarucos de la visita de este animal ancestral de origen desconocido que representa el carnaval más longevo de la provincia.

Por la tarde el escenario cambia. Tras acabar de visitar todas las casas, llega el momento de pasar un rato con amigos y vecinos del pueblo, antes de que el armazón de madera 'muera' para cumplir con el ritual un año más. Será sobre las 22.00 horas en el salón del Ayuntamiento. Una primera vuelta al salón anuncia que el final de la jornada se acerca, un segundo aviso con dos vueltas y por último, con un intervalo de quince minutos de tiempo, una tercera ronda al salón con tres vueltas anuncia el final de esta emotiva jornada. Es en esta última ronda cuando los barroseros salen a la calle y los cazadores del pueblo disparan al aire simulando la muerte de este animal de origen mitológico. Barrosa y barroseros caen sobre un tablón y seis mozos del pueblo, que ya han pasado por esta tradición, les transportan a hombros alrededor del salón a ritmo del pasodoble 'gato montés'. Será cuando La Barrosa muera, terminando así con el ritual que le permitirán descansar hasta el próximo año.

Los barroseros salen de nuevo al salón recibidos entre los aplausos de vecinos y visitantes, para bailar un pasodoble con las madres y acabar así su 'jornada'. Tras la muerte fingida, todos los abejarucos beben vino dulce simulando la sangre de La Barrosa y bailan la tradicional 'rueda' alrededor del salón. La Barrosa descansa hasta el año que viene pero la fiesta continúa con la cena de mozos y la posterior verbena de disfraces.

El diseño de la Barrosa, es algo que también cambia. Los colores y formas de las cintas los elige cada Barrosero o cada familiar. Antes, las chicas eran las encargadas de coses estas cintas y escarapelas la noche de antes, pero ahora son madres o vecinas del pueblo las encargadas de diseñarla. También lo que 'recogen' de cada casa, ya que antes era habitual que fueran viandas mientras que ahora lo que los vecinos ofrecen es dinero.

Cambio a sábado

Desde la Asociación Juvenil El Navazo de Abejar se ha puesto sobre la mesa el debate de cambiar la fiesta a sábado, ante la ausencia de muchos vecinos al celebrarse entre semana. Un debate que se ha trasladado al Ayuntamiento de la localidad pero que en este 2018 ha sido denegado por el consistorio.