Quico Taronjí descansa en Almazán en su recorrido por el Duero entre Duruelo y Oporto

La aventura que emprendió hace diez días Quico Taronjí continúa en marcha, a un ritmo diferente al originalmente previsto por cuestiones naturales y laborales. El pasado martes 7 de febrero, Taronjí se subió a su tabla de paddle surf (llamada Zapper) en Duruelo de la Sierra, con la intención de llegar a lomos de ella hasta Oporto. Se trata, por tanto, de recorrer completo el río Duero de una manera que nadie ha hecho. Esta es la previa que publicamos. Ayer por la tarde, este santanderino nacido en 1970 llegó a Almazán, donde hoy permanecerá descansando, recargando las baterías de sus dispositivos electrónicos y las suyas propias.

Esos cambios naturales que le han obligado a reestructurar el plan de viaje se han producido fundamentalmente en los primeros kilómetros del río. Allí, Taronjí se ha encontrado numerosos rápidos que no imaginaba, troncos caídos que cruzaban por completo el cauce del niño Duero, cortados a ambos lados que le impedían la salida con la tabla para después continuar aguas abajo... Allí perdió algún día, en parte por su deseo de no traicionar ese plan que se había marcado de hacer el Duero completo y desde dentro.

Reubicado ya en Garray, donde pudo reponer fuerzas, el camino hasta Almazán ha sido más ligero, con etapas más largas favorecidas por la mayor amplitud del río, algo muy similar a lo que se va a encontrar en su viaje hasta Oporto.

Por lo que se refiere a las también citadas cuestiones laborales, y conocida como es su faceta periodística, justo estos días le ha surgido la oportunidad de trabajar con Televisión Española, una casa de la que es habitual ('Aquí la Tierra', 'Capitán Q'). Este lunes va a tener que grabar en Madrid, así que va a dejar sus cosas en Almazán estos tres días, bien custodiadas, antes de regresar al río este martes.

En estos diez días que lleva de aventura, Quico Taronjí está aprendiendo sobre la marcha cuál es la rutina diaria más apropiada. Cuando duerme junto al río, se levanta entre las ocho y las ocho y media. A esa hora, casi todas sus pertenencias están heladas. Hay que hacer fuego, poner al sol la funda vivac para guardarla seca, deshacer los nudos, preparar un café, volver a hinchar un poco la tabla que por la noche ha sido ligeramente deshinchada para dormir sobre ella, comer frutos secos...

Prácticamente no puede empezar a navegar hasta las 10.30 u 11.00. A mediodía le entra hambre pero entonces valora mentalmente: "Si me paro, salgo del río, me pongo a hacer la comida, me la como, recojo, vuelvo al río... cuando empiece a remar de nuevo estará a punto de caer la noche". Por ello, las jornadas de navegación son casi continuas, hasta las 17.30 más o menos, ya que conviene llegar con luz de sobra para montar el campamento.

Aunque según avanzan los días está consiguiendo dormir mejor, todavía no lo hace con la soltura que desearía. Por ello, para comer y descansar en condiciones, así como para trabajar con todo el material audiovisual, su idea actual es detenerse cada tres o cuatro días en una población.

De momento, Taronjí solo tiene buenas palabras para lo que se está encontrando en Soria, tanto para sus bellezas naturales como para la hospitalidad de personas con las que se ha encontrado (para dejarle llamar por teléfono desde Hinojosa de la Sierra, para asistirle en Garray, para abrirle las puertas del centro social en Ituero, para tomar unas cervezas en compañía en Almazán, para ofrecerle un techo cuando pase por Andaluz...). Como dice en el vídeo, está disfrutando especialmente con el cambio de paisaje que va apreciando desde el río, empezando por las nieves de Urbión, los pinos madereros, los pinos resineros, las viñas que se encontrará en breve...

También está experimentando una especie de 'vuelta al cole', recordando los tiempos en los que se estudiaba el Duero, con sus poblaciones de paso o con todos los afluentes que iba recibiendo por la derecha y por la izquierda.

El martes vuelve su aventura. En las próximas semanas la irá compaginando con ese nuevo trabajo en Televisión Española, sobre todo cuando le toque llegar a Portugal, pero su intención primigenia no ha variado: recorrer el Duero completo y desde dentro, hasta Oporto, con las únicas salvedades obligatorias de las grandes presas o de los lugares de nidificación de aves, aunque en previsión de ello ya grabó hace unas semanas imágenes de los famosos Arribes del Duero.

De momento, todavía le quedan algunos días para disfrutar del Duero soriano antes de cerrar completa la curva de ballesta y enfilar las grandes llanuras de Castilla.

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