Carla Franch: arañándole todos los años unos centímetros al cielo

Foto: Santiago Farizano

HISTORIAS DEPORTIVAS Carla Franch Almela (Betxí, Castellón, 1989) llegó con apenas 18 años a Soria, atraída por las ayudas económicas que le permitían hacer deporte y por el nombre del entrenador que guiaría sus progresos en el salto con pértiga, el medallista olímpico en Barcelona'92 Javier García Chico. Han pasado casi ocho años desde entonces, y esas continúan siendo las razones por las que la atleta levantina continúa despertándose cada mañana en Soria: "Por el clima, no, porque no termino de acostumbrarme al frío, aunque luego cuando voy a casa me aso de calor". A partir de este año, además, comenzará estudios de Enfermería.

La semana pasada, en Palencia, Franch firmó la mejor marca de su vida, 430 centímetros. Solo cuatro atletas en la historia de España han saltado más que ella: Naroa Agirre 4,56, Dana Cervantes 4,46, Anna María Pinero 4,41 y Mar Sánchez 4,35. La atleta castellonense espera poder ir subiendo escalones y, de hecho, este año año ya ha intentado tres veces saltar 4,40, que era la marca mínima para estar en el Europeo de Amsterdam. Esas tentativas las hizo en Pamplona, Bilbao y Alcobendas. En total fueron nueve saltos, y "en dos o tres de ellos me vi con posibilidades". Además, en Palencia, después del 4,30, pidió el listón por primera vez en su vida en 4,50, la mínima para los Juegos Olímpicos. No lo consiguió, pero al menos ya sabe lo que se siente al intentarlo.

La mejor temporada de su vida está llegando después de un desafortunado 2015 "en el que me rompí los dos gemelos. En pista cubierta, el derecho. Y cuando me recuperé, al aire libre me rompí el izquierdo, que es el de batida, y me costó más recuperarme". La recuperación fue más larga pero, afortunadamente, perfecta, que es lo más importante. Los resultados están saliendo este año y dentro de un par de fines de semana, en Gijón, tiene claro que su objetivo es ser campeona de España, algo que en categoría absoluta solo ha logrado en pista cubierta, en 2013, en Sabadell. Aquel día se lesionó Naroa Agirre, la gran dominadora de la especialidad en España y que ahora tampoco se encuentra al 100%. Con o sin Agirre, que este año ha saltado 4,40, la pértiga femenina española atraviesa un bonito momento con cinco atletas por encima de 4,20.

Pensando más en el futuro, Carla Franch se ve todavía con margen amplio de mejora: "A largo plazo, me gustaría saltar todo lo que pueda, ¿por qué no 4,60 o 4,70?". ¿Qué le falta para ello? Pues, además de mucho entrenamiento, "ganar confianza". Cuando logre esas marcas, la castellonense del CAEP se habrá ganado el derecho de participar en las principales competiciones internacionales. En categorías inferiores, como promesa, ya estuvo en el Europeo de Ostrava (República Checa). Y más joven, compitió en dos Europeos de Clubes Junior en Rennes (Francia) y Tampere (Finlandia). En ambos defendía la camiseta del Playas de Castellón. Desde hace tres años está en en el FC Barcelona.

Sus inicios en el atletismo fueron en el colegio de Castellón en el que estaba interna de lunes a viernes, un colegio especializado en atletismo. Allí, de niña, hacía de todo: combinadas, altura, longitud... aunque sus cualidades terminaron decantándola para la pértiga. Desde que llegó a Soria se terminaron las probaturas en otras especialidades. En estos siete años ya ha conseguido mejorar su marca 70 centímetros, pero su tope está un poco más arriba.

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