Los contrastes de la Orquesta Sinfónica de Bilbao

Por Soledad Atienza

OTOÑO MUSICAL SORIANO El programa que presentaba la Orquesta Sinfónica de Bilbao, con Karl Sollak al frente, había creado gran expectación y el público soriano llenó el aforo del Auditorio “Odón Alonso” del Palacio de la Audiencia en la tarde del viernes. En la primera parte se pudo escuchar Noches en los jardines de España, de Manuel de Falla, con Josu de Solaun al piano como solista. La orquesta no estuvo a la altura del pianista, permaneció desajustada la mayor parte del tiempo y dominada por la ambigüedad de la afinación, especialmente en la cuerda, así como por los comienzos y finales de frase un tanto incontrolados e incontrolables, de la misma manera que los tempi no dejaron de fluctuar a lo largo de la composición. Por el contrario, el pianista, de memoria, consiguió un sonido bello y pulcro, caracterizado por la expresividad y en sintonía con la música española que estaba interpretando, de tintes impresionistas, o influido Falla por el estilo de Debussy, para ser más correctos, sobre todo en la orquestación y en el timbre, pero con un tiempo que no estuvo del todo claro con la orquesta en algunas ocasiones.

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