Encuentran los restos mortales de cuatro fusilados en Barcones

Trabajos llevados a cabo en la fosa de Barcones. Foto: Recuerdo y Dignidad

Tras horas de búsqueda, cinco años de investigación y casi 77 de espera, el pasado sábado 25 de mayo aparecieron los restos de cuatro sorianos fusilados en 1936: Arsenio Martínez (chófer, 33) junto a los de Tomás Cué (ferroviario, 30), Fermín González (alpargatero, 50) y Antonio Lafuente (metalúrgico, 34). Todos ellos de la CNT y residentes en la capital soriana, según informa la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad.

También se buscaban los restos de Juan Pablo Rica (sastre y concejal de Cultura, 46), Bernabé Esteban (jornalero, 37), Juan Ballano (agricultor, 35), Cándido Muyo (jornalero, 26), Máximo Redondo (ferroviario, 36) y Mariano González (ferroviario, 35), todos fusilados en la tarde del 14 de agosto de 1936.

Respecto a esta segunda fosa, y una vez localizada la primera, se dejó de buscar, puesto que debería encontrarse al lado de la primera y se prefirió localizarla en lugar de dar con los otros cuerpos, los cuales se sacarán cuando se exhumen ambas fosas con medios humanos y materiales suficientes. No obstante, no está fijada una fecha para la exhumación debido a que no cuenta con financiación y deberá llevarse a cabo cuando les sea posible a los voluntarios.

La búsqueda empezó hace cinco años a petición de los familiares de Cándido, Arsenio y Juan Pablo. Con posterioridad la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad ha ido localizando a los descendientes de las otras víctimas averiguando que alguno de ellos no los tuvo o están fallecidos y contactando con los que sí dejaron descendencia.

"Las personas asesinadas por Guardia Civil y Falange eran civiles inermes y fueron ejecutadas sin juicio dentro del plan de exterminio físico de los oponentes ideológicos al levantamiento militar del 18 de julio", añade la asociación.

HALLAZGO

Este sábado acudieron cuatro voluntarios de la Fundación Aranzadi (entre ellos Francisco Etxebarría), tres miembros de la asociación soriana, la alcaldesa de Barcones, el teniente alcalde, cuatro o cinco personas más del pueblo y un familiar de Arsenio Martínez con un amigo.

El grupo se dirigió en primer lugar a uno de los dos prados donde podían estar las fosas, donde se realizaron dos catas perpendiculares a la elevación donde un barconense afirmó que se encontraban.

La aparición de una pesa de plomo del tamaño de una moneda de 5 pesetas por parte de un técnico de Aranzadi alertó de que los seis de San Esteban podían estar en la otra finca. La que está nada más bajar el camino, la del Colmenar.

La pesa se usaba en tiempos colocada en las esquinas inferiores delanteras de las chaquetas para estirar la ropa que no podía plancharse. Uno de los seis de San Esteban, el concejal de Cultura Juan Pablo Rica, era sastre. Una vez abandonada la primera finca, se comenzó con la cata cerca del lugar de aparición del plomo.

Se realizó una tirada desde la zona donde se halló el objeto, con especial atención en la zona donde había dos piedras señalando la división de la finca.

Se revisó la roca junto al colmenar buscando casquillos o evidencias de fusilamiento sin concluir nada claro. Las catas eran de algo más de un metro, donde se situaba el nivel freático y el agua inundaba la base.

Pablo Muñoz, el teniente alcalde, bajó con sus padres. Antes Pablo limitaba la fosa más arriba de la primera cata. En torno a la esquina del colmenar o bien a la derecha del camino si se mira desde abajo. Su madre tenía muy claro, porque su suegro así lo afirmaba cuando bajaban las ovejas juntos, que estaban a la derecha del camino (siempre mirando desde abajo) al lado opuesto al colmenar. Junto a unos espinos.

Fue necesario utilizar una máquina mayor, para derribar la maleza, que se prestó durante una hora.

barcones

Mientras tanto, Matías Bonilla Pérez, de 86 años acudía a Valdevelaza y daba una ubicación bastante exacta de donde debían estar enterrados 'los 10'. Dice que lo vio de niño escondido en unos riscos.

barcones3

Aparecieron los primeros restos: un fémur un humero y una mandíbula.

Posteriormente se delimitó la fosa, dejando la de los seis de San Esteban para otro día sabiendo con seguridad que tenía que estar al lado.

Mientras se limpiaron los alrededores de la fosa, volvió Matías quien poco después narraba el fusilamiento con ametralladora de las 11 (según él) personas. Enterradas posteriormente en dos fosas de 5 y 6.

barcones2

En sus declaraciones afirmó que les dispararon con una ametralladora desde arriba a las dos o las tres de la tarde [del 14 de agosto del 36]. Vinieron más de 20 personas. Una de las víctimas salió corriendo y a unos 30 metros “lo segó la metralladora”.

Uno de ellos le intentó dar un reloj al cura para que se lo entregara a su mujer, pero el sacerdote declinó cogerlo porque no se podía hacer cargo de llevarlo a cabo.

A la pregunta de por qué los pudieron enterrar allí, respondió que no lo sabe, que sería porque está escondido, era fácil de cavar y estaba al lado de la carretera.

El testigo afirmó que un “capitán, o general... les dio el tiro de gracia con un pistolón. Eran falangistas, guardias civiles...

Obligaron a dos del pueblo a cavar las tumbas".

PRÓXIMAS ACCIONES

Cuando el equipo de voluntarios de Aranzadi fije una fecha se exhumarán ambas fosas. Hay que tener en cuenta que vienen voluntariamente y, en estas ocasiones, no se puede “obligar” a nadie a acudir un día determinado a hacer un trabajo que no va a cobrar y habrá que esperar a que fijen una fecha.

Desde la Asociación Recuerdo y Dignidad se busca recaudar fondos para los gastos inevitables de comida, alojamiento, pruebas genéticas…

"Después de cinco años de investigación y casi 77 de espera los hemos encontrado y van a volver a casa".

Información y fotografías: Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad