Alfonso Flores, adiós a 20 años en la élite del voleibol

Alfonso Flores, este martes 28 de agosto en la Dehesa. Foto: S.T.

La temporada de la Superliga de voleibol que está cerca de comenzar no contará, por primera vez en más de tres lustros, con el colocador madrileño Alfonso Flores Peña (24 de agosto de 1975). Con 37 años recién cumplidos, el Numancia CMA ha decidido contar con dos colocadores más jóvenes, el soriano Jaime Pérez y el andorrano Xavi Folguera, que lleva ya varias temporadas en Soria.

De hecho, Flores lleva ya algunas semanas encauzando su carrera profesional por una rama bien diferente, la de la hostelería. Eso sí, después de casi 20 años dedicándose de manera casi exclusiva al voleibol, Flores admite que se siente todavía un poco extraño por el cambio de vida y un poco dolido por la manera de comportarse el club con él.

El ya exjugador contaba con mantener algún contacto para seguir vinculado al voleibol soriano de alguna manera, pero esos contactos no se produjeron y Flores no se ve en estos momentos trabajando de algún modo con el Numancia. Lo que ha hecho en toda su vida es voleibol, "y es de lo que más sé". Tiene el título de entrenador nacional pero tal y como está el voleibol en España es complicado que pueda vivir de ello. Y para marcharse a otros países en los que el voleibol sí da mejores rendimientos (Polonia, Bulgaria, Rusia, Turquía, Francia, Italia...) habría que haber estado colocado un poco más cerca.

Trayectoria

Con todas estas cosas, se marcha de la Superliga uno de sus hombres clave en los últimos 15 años, con una progresión muy lógica para un deportista de élite: salir de la selección junior, fichar por un equipo con proyección, pasar por un equipo de la segunda línea y llegar a dos de la primera. En uno de ellos, Soria, en dos etapas.

Flores empezó jugando al voleibol en Madrid con 10 años, gracias al programa CEITD, de iniciación y tecnificación deportiva sobre todo para especialidades no mayoritarias como era el voleibol. De niño no solo entrenaban a ese deporte, sino que lo complementaban con hockey, baloncesto, atletismo... Rafa Pascual, cinco años mayor que Flores, también pasó por ese programa que por aquellos días, a mediados de los 80, ya vivía sus últimos días de funcionamiento.

Con 12 años ya empezó a competir a voleibol, después de ir pasando cribas para ver si 'valía' para ese deporte tan técnico. Flores de siempre ha jugado como colocador, pues sus niveles de estatura y de fuerza no eran entonces tan elevados como los de sus compañeros. Y cuando empezó a alcanzar esos niveles, ya había demostrado sus cualidades para ese puesto esencial en el voleibol.

Por eso mismo, cuando alcanzó la categoría junior, fue llamado para formar parte en Palencia de la concentración permanente de la selección española. Allí estuvo dos años y formó parte de un gran grupo en el que también estaban Juanjo Salvador, Kike de la Fuente, Saura, Vega, Moltó, Castañeda...

En esa etapa junior con Luis Muchaga, España alcanzó el octavo puesto en el Europeo de Turquía y el séptimo en el Mundial de Malasia, el mejor éxito del voleibol español en categorías inferiores hasta que fue igualado la pasada temporada.

Terminada esa etapa palentina, abandonó el voleibol en su primer año senior para dedicarse en Madrid a los estudios de Empresariales, carrera que terminó tiempo después.

Esa separación Flores-voleibol solo duró un año. En la campaña 95-96 fichó por el EMI Gijón, con el que ascendió a la Superliga. Estuvo otras dos temporadas por tierras asturianas, en las que llegaron a terminar en la quinta posición (97-98), consiguiendo plaza para jugar competiciones europeas.

Ese rendimiento en Gijón le valió para debutar con la selección española y para fichar con un equipo de mayores aspiraciones en su día como era Ivesur Málaga. Allí estuvo las campañas 98-99 (liga que ganó Soria) y 99-00. Ivesur logró la cuarta y la tercera plaza respectivamente, demostrando ser una alternativa seria a los habituales dominadores: Almería, Soria y los últimos coletazos de Las Palmas.

En la selección. El partido más largo de la Liga Mundial

Aquel debut de Flores en la selección se produjo en la primavera de 1997. Aunque ya había sido convocado para jugar contra China en la Liga Mundial, cuando realmente tomó parte activa fue el 1 de junio de aquel año, en un gran duelo precisamente en Gijón contra Yugoslavia, con más de 5.000 espectadores en las gradas.

España remontó un 1-2 (15-13, 6-15, 13-15, 15-13, 15-10) para terminar venciendo al potentísimo equipo balcánico de los hermanos Gbric, entre otros. Permanece como el partido más largo de la Liga Mundial (más de cuatro horas), y con el nuevo sistema de puntuación por suerte seguirá siéndolo muchos años más.

Después de ese llegaron casi 300 partidos defendiendo los colores de España, entre ellos en las Copas del Mundo de 1999 y 2007, el Mundial de 2002 de Argentina y numerosas Ligas Mundiales. No pudo acudir a los Juegos de Sydney, donde los colocadores elegidos fueron Miguel Ángel Falasca y Cosme Prenafeta.

Llegada a Soria

Si ya en Málaga (volviendo a la Superliga) la estructura de club era más fuerte que en Gijón, esa profesionalidad aumentó en su siguiente aventura, la primera en Soria. Entre 2000 y 2005 defendió por primera vez los colores del Numancia. El club, abandonada ya la etapa del San José, vivía entonces unos años muy buenos que, si solo se saldaron con la Copa del Rey de 2001, fue básicamente por el poderío de Almería.

Fue precisamente la escuadra andaluza la que decidió hacerse con los servicios del colocador en 2005, para las siguientes tres campañas. De Unicaja Almería recuerda Flores que la estructura de club era muy similar a la de Soria, pero beneficiada por el poderío económico de aquella provincia, tanto institucional como empresarial. Además, en Almería se trabajaba muy bien el marketing, la venta del producto, algo que tradicionalmente no se ha llevado mucho en el voleibol español.

Dos Copas, ninguna Liga. Jugador del Año en 2007

El principal 'problema' que tuvo Flores en Almería fue que su etapa coincidió con la elaboración del gran equipo de Palma de Mallorca (Drac, Son Amar), que llevó tres títulos consecutivos de Superliga a tierras baleares. Al menos, Almería sí ganó la Copa de 2007, con lo que el palmarés del colocador lo adornan dos Copas pero ninguna Liga. Eso sí, colecciona un amplio número de subcampeonatos y un curioso título individual: el de Jugador del Año en 2007 para la Real Federación Española de Voleibol, con el que se premiaba sobre todo su larga aportación a este deporte.

Acabada esa relación contractual con Almería, Alfonso Flores regresó al Numancia en 2008, y aquí ha jugado las cuatro últimas temporadas. Su final en el voleibol activo no ha sido el deseado, pero ahora le toca empezar con otra rutina diaria de vida.

Vuelta a Soria

Con un empleo, mujer y dos hijos, esa vida de Alfonso Flores va a estar vinculada de momento a Soria. Curiosamente, él no ha sido nunca ajeno a la provincia pues sus padres eran sorianos: su padre de Alcubilla de Avellaneda y su madre de Diustes. Él acudía en sus veranos de infancia a las dos localidades, pero especialmente a la de Tierras Altas. Su primer fichaje por Soria no tuvo nada que ver con aquel pasado suyo, pero su actual decisión de quedarse en la ciudad de Machado sí está muy relacionada con aquel primer fichaje.

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